La actividad se llevó a cabo en coordinación con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) y tiene como objetivo conservar la cuenca del río Ivirizu de Cochabamba, preservando los procesos ecológicos propios del ecosistema regional y contribuyendo a la protección de la flora y fauna existente en esta área protegida. Las especies plantadas forman parte del piso ecológico que caracteriza a la región y pronto serán parte de este importante pulmón verde.
La gestión forestal de ENDE Valle Hermoso, responsable del proyecto Ivirizu, se destaca por el enfoque de restauración ecológica, comprometiéndose a reponer dos hectáreas por cada una afectada.
La reforestación es el claro ejemplo de cómo la ejecución de proyectos y la conservación medioambiental pueden ir de la mano, destacando el papel fundamental que desempeña ENDE con la incorporación de energías limpias y amigables con la Madre Tierra, para la generación de energía eléctrica, que se traduce en un mayor desarrollo de Bolivia.